Tuesday, April 23, 2013

Cuando la espera se vuelve incongruente.




















Porque trato de explicarme algunas cosas y al final, todo me parece tan incierto, absolutamente desigual, casi inhumano a veces, pero así ha sido siempre, solo que hoy día las cosas han cambiado su buen poco, como por ejemplo, que quienes intentamos vivir vidas al menos ajustadas al rigor de lo que nos demanda Su Palabra, somos los que debemos hacer los mayores esfuerzos por mantener en alto el estandarte de la fe, y por el contrario, quienes han profesionalizado el campo de la fe y viven, rodeados de bendiciones materiales, sin tener un solo pensamiento disidente sobre sus mentes aguijoneándolos de continuo, son los que reciben toda clase de parabienes de parte de la cristiandad, es como si se tratara de un premio, es decir, los cristianos hoy día premian a quienes son capaces de pasarse por alto las demandas éticas a que nos obliga el ministerio del Señor en nuestras vidas, y de ser así, nos encontramos prácticamente a las puertas de la desaparición por completo de aquellos humildes ministerios que solo buscan mantener vivo el Espíritu del cristianismo bíblico e histórico.


No es fácil mantenerse de este modo, por ello es que muchos buenos ministros del Señor, optaron por la fe institucionalizada, es decir, aseguraron sus vidas, no sufren por el pago de la luz ni del agua a fin de mes, la institución es la encargada de absorber estas necesidades, por lo tanto, el Ministro se debe por completo a los intereses de la institución, lo que inmediatamente pone a dicho Ministro, sobre una muy delgada línea ética que divide al mundo cristiano entre, lo que Dios nos demanda hacer y decir, y lo que no nos permite decir y hacer la institución. Antes, o mejor dicho, al principio del cristianismo, esto simplemente no habría tenido sentido, no obstante, el hombre, y no el Evangelio del Señor Jesucristo, ha ido con el tiempo sufriendo, indudablemente, una enorme cantidad de variaciones, lo que se traduce en un lenguaje simple y claro, a que el hombre de Dios, desposeído de estos márgenes éticos, sea capaz de acceder a lo que el sistema institucionalizado y otras realidades, son capaces de de ofrecerle. De este modo, desaparece finalmente, ese vestigio histórico de aquél profético ser que solo dependía de Dios, para dar a luz, desde hace mucho tiempo, a un personaje frívolo que ha debido producir la cristiandad actual, con el propósito de manejar y administrar de mejor modo, según ellos, los intereses de la institución que representa.

Pero este ser frívolo, no solo está compuesto en su interior de fibras casi metálicas, sino que además, carece de misericordia, por lo tanto, nada podrás conseguir de él, nada te compartirá, rodeado de sus perros guardianes, se convierte en un ser inaccesible, casi inalcanzable para sus propios feligreses que en su dominación, no advierten los peligros de poner sus vidas en las manos de seres que solo se han valido de la fe del Señor Jesucristo para hacer una montaña de dinero con las necesidades de la gente. Por ello es que muchos de estos cristianos no desean oír este tipo de canto y de reflexión, ellos, abducidos en su conciencia por la poderosa personalidad del ungido éste, no tienen capacidad para reflexionar, se hayan demasiado enraizados en las necesidades de la visión que no perderán el tiempo con tus dramas, por el contrario, para ellos significas un gran obstáculo y nada más.

Yo sé que en un tiempo más, ya no podré ni siquiera cantar en los templos, eso lo tengo muy claro, Dios ya me ha hablado, pronto se habrán cerrado todas las oportunidades para que personas con ministerios como el mío, seamos totalmente ignorados incluso por las pequeñas comunidades, y ello está ocurriendo simplemente porque los propios cristianos han cambiado, como decía anteriormente, otros son los intereses de la gente que supuestamente sigue a Cristo en estos días, por lo tanto, se trata de una crónica de muerte anunciada, no obstante, me estoy preparando, estoy intentando agrandar mi espacio para darle un mayor valor a la vida que llevamos en casa, porque sé que a casi nadie en un tiempo más, le va a interesar que un hombre de Dios, parado en su sinceridad, sea capaz aún, aún hoy día que los profesionales y mercaderes de la fe nos han robado casi todo, de pararse contra el sistema y gritar a los cuatro vientos un par de verdades que el cristianismo olvidó, debido a su arrogante predisposición al materialismo y al consumismo que le consume su alma. Yo no tengo dudas que esos días vienen, a pasos agigantados, es más, creo fehacientemente, que estos valientes hermanos que en este último tiempo me han solicitado asistir a sus reuniones con mi ministerio, son la última muestra de un cristianismo que en un tiempo, resultó ser la respuesta a las necesidades de una sociedad que no sabe aún hacia dónde se dirige, por lo tanto, estoy siendo testigo de cómo este sistema malévolo y diabólico, terminó por sepultar a quienes fueron, por Llamamiento divino, enviados a decir lo que otros no han sido capaces ni siquiera de tocar con sus cantos o predicaciones.

Porque sé que ese momento ya ha llegado, es que admito estar un poco cansado, cansado de esperar respuestas que no llegan, aburrido y totalmente sobrepasado de ver como el pueblo evangélico arrogante, apoya ministerios internacionales, y a nosotros, que hemos servido a Dios con alma y espíritu sincero durante toda nuestra vida, prácticamente nos han olvidado, segregando y desdeñando nuestras realidades espirituales y materiales de manera hasta violenta, por ello es que estoy cansado, agotado de esperar, nuevamente, la respuesta simplemente no llegó, debí haber previsto esto, no debí haber invertido todo mi tiempo en una forma de vida que solo ha servido para que otros sean los que lucren con El Evangelio del Señor Jesucristo y nosotros, tener que seguir esperando. Sin embargo, hay cosas de las cuales no me arrepiento, y una de ellas es, obviamente, el haberme acercado a Dios, porque es Él quien me ha ayudado a darme cuenta de lo frágil y quebradizo que es el espíritu del ser humano, de lo frágil que es la memoria del hombre, tanto como para olvidar cosas simplemente relevantes, no obstante, no estoy dispuesto aún a dar un pie atrás, beberé toda la copa, no estoy dispuesto a abdicar así no más, daré toda una lucha, y cuando ya no pueda más, cuando ya no quede nada más por qué luchar, solo allí me devolveré a mis quehaceres, solo allí volveré a creer que no había nada más qué hacer, tendrán sentido tal vez otras cosas, no lo sé todavía, sin embargo, está claro que el cristianismo ya no es el mismo, lo que hoy día queda, son solo vestigios de un tiempo etéreo, de un tiempo bello en donde el hombre de Dios simplemente se disponía a servir a Dios con todo su corazón.

Yo aprendí a ser de este modo, a hacer las cosas por amor a Dios, sin esperar nada, sin embargo, al casarme y tener hijos, las cosas cambiaron, los ideales se tornan mucho más difíciles en defenderlos, por ello es que agradezco en este momento a todos aquellos hermanos que en este tiempo se han preocupado por mis necesidades, no me da vergüenza decirlo, pienso como El Apóstol, “no me avergüenzo del Evangelio”, son otros los que deben avergonzarse, traté, durante toda mi vida, de no ser una carga para nadie, por ello es que aprendí a trabajar con mis propias manos, por ello además es que logré tener cierta independencia, pero pasados los años, al manifestarse en mi vida esta extraña enfermedad en mi cuerpo, las cosas simplemente cambiaron, todo se ha tornado más duro, no es tan fácil defender nada, subsistir, como para muchos hermanos, se nos vuelve una montaña casi imposible de subir, no obstante, nos esforzamos para que las fuerzas nos alcancen y logremos llegar hasta donde Dios desea que lleguemos. Así, y solo de este modo, hemos formado una bella familia, haciendo grandes esfuerzos, llenándonos de valor, aprendiendo a esperar lo que Dios nos tiene guardado, y si no fuera de este modo, no sé qué sería de nuestras vidas, pero en la realidad humana, uno se duele, porque son muchos los obstáculos, porque son muchos más los impedimentos que las oportunidades que Dios nos da para salir adelante, y por ello es que no puedo mentir, de hacerlo, estaría negando que los mercaderes y sinvergüenzas en el campo de la fe existen, y como yo no estoy dispuesto a mentir ni a callar la verdad en mi propia vida, espero que El Señor tome pronto las riendas de todo lo que nos angustia, porque una cosa son los dramas de este mundo, que no son pocos, y otras son las demandas de la fe que hemos puesto en el que todo lo ve, y que solo con el poder de Su Palabra es capaz de cambiarlo todo, porque si para recibir las respuestas que esperamos tenemos que parecernos a todos estos parásitos que ha producido el cristianismo actual, entonces prefiero retornar al mundo y no volver jamás a ser cristiano, ¿para qué?

Sé del esfuerzo que han hecho mis hermanos que siempre se han preocupado por mi Ministerio, sé de aquellos nuevos amigos que también se están interesando en lo que Dios ha hecho en este tiempo con mi vida, a ellos, una enorme y profunda gratitud, Dios les multiplicará en todo, lo tengo más que claro, yo no podría ejercer todo esto con mis propias fuerzas nada más, necesito del apoyo material y espiritual de otros hermanos, si ello no llega, el ministerio simplemente va quedando en el camino, y en tal situación, yo tendré que seguir luchando por los míos nada más, de manera que el canto irá enmudeciendo y con ello, no contar con esta forma de expresión que tanto bien ha hecho y seguirá haciendo, si Dios quiere, a muchos seres humanos que esperaban este tipo de manifestación en Dios, en estos duros y muy sufridos tiempos.

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